Un Café con Jesús Callejo

Bea: Gracias Jesús por venir a este cafetito virtual....hace tiempo que te sigo en el programa "LA ROSA DE LOS VIENTOS" en Onda cero, el cual escucho por las mañanas por Internet ya que vuestras horas son difíciles para mi como madre de una pequeñaja.....Aprovecho para decirte que me encanta vuestro programa, es una información más que necesaria y me encantaría que los telediarios fuesen así....pero bueno.....Me gustaría que me contases un poco la importancia que tiene esta época del año en el ser humano, me refiero a la entrada de la  primavera, ¿que rituales se han hecho y se hacen?

Jesús: Hola Bea, un capuchino, por favor…pues antiguamente, para muchas culturas, su año empezaba en el equinoccio de la primavera. Por ejemplo, el calendario romano, en su inicio, tenía diez meses y su año empezaba en marzo. Se añadieron dos meses extra –enero y febrero – en reformas posteriores. Son culturas paganas condicionadas por los efectos de la luz sobre la agricultura y la vida cotidiana. Como sabemos, los dos equinoccios son los dos momentos del año en que  los días tienen una duración igual al de las noches en todos los lugares de la Tierra y eso hizo que nuestros antepasados, aquellos que tenían el conocimiento astronómico, orientaran sus edificios más importantes a estos periodos del año. Es algo que se ha ido descubriendo con el paso del tiempo y por eso, hoy en día, en lugares como Teotihuacan o en Chichen Itzá (ambos en México) se reúnen miles de personas para contemplar un curioso fenómeno solar que no es casual. En la pirámide del Sol en Teotihuacan o en la pirámide del Castillo, en Chichen Itzá, el sol sigue una trayectoria que se  proyecta en sus escalones de piedra y parece que adopta la forma de una serpiente reptando por ellos. Además, hoy sabemos que determinados monumentos megalitos como son los crómlechs de la Bretaña francesa o Stonehenge en  Inglaterra, están orientados y alineados sobre la línea equinoccial o en dirección a la salida del sol en el solsticio de verano o de invierno.

Incluso en España se puede contemplar este fenómeno en la iglesia románica de San Juan de Ortega, en Burgos. Cada equinoccio de primavera o de otoño entra un rayo de sol (cuando hay sol) por un ventanuco de la puerta de entrada que incide directamente sobre un capitel triple que representa la escena de la anunciación de María por parte del ángel Gabriel, la visita de María a su prima Isabel, el nacimiento del niño y la adoración de los pastores. ¿Será casual? Está claro que no y  son tan sólo unos pocos ejemplos de que estos momentos del año han tenido y tienen una trascendencia ritual, festiva y hasta espiritual para  muchos seres humanos.

Burgos

 

Bea: Interesante, será porque es el día en que las fuerzas de la luz y la oscuridad se equilibran, puede ser? que importancia espiritual tiene este equinoccio?¿conoces algún ritual que se hiciese en la península ibérica o que se siga haciendo?

Jesús: Hummm…..está bueno este capuchino, con la nata tan cremosa... Bueno, a lo que íbamos. Estás en lo cierto cuando dices que las fuerzas de la luz y de la oscuridad se equilibran en estas fechas, algo que dura poco pues tienden a desequilibrarse en los solsticios. Por eso, en el del verano la luz triunfa y en el del invierno hace falta todo un dios solar, salvador y redentor que nazca para que la Luz vuelva a imperar y  reinar. ¿Te has fijado que el 25 de diciembre es cuando nacen todos los dioses solares, desde Osiris hasta Mitra?
 El equinoccio es el día del año en el que el Sol sale exactamente por el Este y se pone por el Oeste, al estar situado sobre el llamado Ecuador Celeste. Parece mentira, pero está demostrado que estos ciclos astronómicos lo sabían desde hace milenios y que marcaban los ritmos en  todos los aspectos de la vida en las sociedades megalíticas, desde la recogida de la cosecha a los rituales de la muerte. Hace al menos 4.000 años el hombre ya era consciente de que los equinoccios, al igual que los solsticios, influían en su cultura de tal manera que muchos de sus sepulcros los construían mirando hacia donde sale el Sol, como hicieron  con los dólmenes de Antequera o con el 90% de los dólmenes que existen en Europa. En España somos originales. En lugar de “recargarnos de energía” como hacen en México alrededor de sus pirámides precolombinas, en estas fechas nos “recargamos de cultura”. Por ejemplo, en este último equinoccio de primavera se organizó en el municipio malagueño de Antequera una jornada de puertas abiertas para ver in situ los dólmenes de Menga, Viera y El Romeral, megalitos cuyas orientaciones tienen que ver con esas celebraciones al sol, con esos rituales mágicos que realizaban los mal llamados hombres primitivos.

 

 

Bea: me estas dando envidia con el capuchino......pues la verdad es que no me había fijado en que le 25 de diciembre naciesen los dioses solares, investigaré, seguro que tienes algún libro tuyo donde este bien detallada esta información, verdad? Tengo dos preguntas y te las hago así seguidas, porque me tiene intrigada algo que me has dicho antes,...eso de que el calendario romano antes tenia 10 meses y añadieron 2 meses más, ¿a que fue debido? ¿que interés tenían en hacer un cambio tan complicado?, por que me imagino que nos meten 2 meses más ahora y debe de ser un caos, no crees? y otra que me ronda.....y como tu investigas mucho, cuéntame el ritual de equinoccio que resulte más raro, interesante, impactante, increíble, no se, el que más te haya llamado la atención del ser humano, cuéntame con detalles si puedes, vale?...me voy a pedir otro té y me lo cuentas...

Jesús: Ya veo que te llama la atención la historia de nuestro actual calendario que, como ves, no siempre ha tenido ni los mismos meses ni los mismos días cada mes. El antiguo año romano, ese que empezaba en marzo, fue fijado por el mítico Rómulo, año que sólo tenía diez meses y que iba de marzo a diciembre. El resto del tiempo no estaba en ningún mes, sino en un periodo indeterminado a final del año. Con estos días había que hacer algo. Te voy a hacer un resumen muy breve de lo que ocurrió para que ahora tengamos doce meses y se llamen como se llaman.

Cuando los intereses romanos ya no eran tan sólo agrarios sino también  políticos y religiosos, se decidió incluir dos meses más: Januarius (dedicado a Jano, el dios de las puertas) y Februarius (dedicado a Februa, diosa de las purificaciones). Llegó Julio César e hizo una profunda reforma de ese calendario que no le acababa de gustar. Pasó a tener el año 365 días, en meses alternos de 30 y 31 días, salvo febrero, con 28, y se añadía un día más cada cuatro años. Es decir, se estableció por vez primera el año bisiesto. Además, el principio del año se fijó el 1 de enero (derivado de Janus) y el equinoccio de  primavera debía corresponder con el 25 de marzo, según los cálculos de Sosígenes. El quinto mes (que hasta entonces se llamaba Quintilis) se pasó a denominar Julio, por ser el mes de nacimiento del egocéntrico dictador. Más tarde, su sucesor César Octavio Augusto no quiso ser menos que él y se dedicó su propio mes Augustus en vez de Sextilis. Y he aquí el calendario juliano que hemos heredado y que luego sufrió una reforma por parte del papa Gregorio XIII. Pero esa es otra historia que otro día te contaré.
Y mientras te estás tomando ese delicioso te con aroma a manzana, te diré que no sabemos muy bien cómo eran las celebraciones del equinoccio en el pasado, pero sí se sabe lo que hacen ahora algunas personas. En una pregunta anterior, recuerdas Bea que en México hay actualmente personas que acuden a ciertas pirámides precolombinas para celebrar el equinoccio. Pues bien, en la de Teotihuacan van vestidos con túnicas blancas, se suben hasta las cúspides de las pirámides del Sol y de la Luna y, con los brazos en alto, creen que así se recargan de la energía solar en estos días tan especiales mientras pronuncian unas oraciones sagradas.

 

 

Hay de todo, pero al menos predominan esas ganas de pasarlo bien y de disfrutar de la “energía” que emanan esos días que siempre se han considerado sagrados para todas las culturas...

 

Bea:  Buf!, no me había dado cuenta de la hora, hablar contigo es viajar por el tiempo, espero que pronto podamos conversar más detenidamente…..creo que te vas de viaje, cierto?, por lo visto eres colaborador de Viajes Sagrados y en breve salís para Francia.

 

Jesús: Tienes razón ya es muy tarde, estaré encantado de volver a tomar un rico capuchino contigo…..y si en breve me voy a acompañar a un grupo con Viajes Sagrados con los que colaboro ya hace años, a ver si te vienes a alguno de nuestros viajes…..hasta pronto Bea y gracias por el capuchino.

 

Bea: Hasta Pronto Jesús es un placer hablar contigo……buen viaje!!!  

 

Jesús Callejo Cabo, nacido en Valderas (León) en 1959. Licenciado en Derecho, editor, escritor de más una decena de libros y miembro indispensable del programa La rosa de los vientos en Onda Cero. También ha colaborado con artículos y reportajes en revistas como “Enigmas del hombre y el Universo”. Entre sus obras destacan la serie dedicada “Seres Mágicos”, “La España extraña” con Javier Sierra y su participación en el libro coordinado por Juan Antonio Cebrián “Enigma” y un largo etcetera de libros que puedes encontrar en su web: http://www.jesuscallejo.es