La vida es fácil cuando uno se dedica a hacer lo que a uno le gusta.
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Encontrar tu profesión ideal expresando tus talentos
La vida es fácil cuando uno se dedica a hacer lo que a uno le gusta. Cuando las horas pasan sin que nos demos cuenta y cuando estamos ejerciendo y cumpliendo con esa actividad que es parte de lo que podemos denominar “nuestra misión en la vida”, o “nuestro propósito”, que en la mayoría de los casos, toma la forma de una profesión o actividad que nos viene como anillo al dedo. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez que es lo que realmente ha venido a hacer en este mundo?. Hay miles de personas desesperadas por dar sentido a su vida intentando averiguar cuál es el propósito de haber nacido en un lugar o en otro, con ciertas cualidades o con otras y como aplicarlas a algo útil para ellos y para los demás. Cuando uno comprende cual es la respuesta a esa pregunta, es cuando se nos abre por delante un camino de alegría y servicio a los demás.
Aquello para lo que hemos nacido es aquello en lo que somos felices trabajando. Puede ser una tarea tan general como ayudar a otros a hacer algo, colaborar en el bienestar de la sociedad de alguna forma concreta, ayudar a la naturaleza y el planeta, etc., pero siempre es algo para lo que tenemos las cualidades innatas y con lo que nos sentimos plenamente útiles, felices y desarrollados. Algunos descubren su misión en esta vida jóvenes, otros más tarde, otros quizás no la descubren nunca pero actuando por intuición acaban realizándola y sintiéndose felices con lo que hacen.
Cuando uno se dedica a hacer aquello para lo que vino a este mundo, la vida es siempre fácil y sin esfuerzo. Los recursos materiales necesarios para llevar a cabo nuestro trabajo aparecen siempre por todos lados, vivimos en la abundancia y somos felices. El universo es siempre perfecto y su abundancia es infinita. La casa de nuestros sueños, el dinero que necesitamos, las posesiones materiales que nos hacen vivir más confortablemente, todo nos es proveído cuando trabajamos en lo que hemos venido a trabajar prácticamente sin esfuerzo. Nuestros pensamientos se materializan y manifiestan más rápido y mas adecuadamente cuando están relacionados con nuestra tarea, y la vida en general puede ser un camino de rosas en la que nos debemos luchar por obtener lo que deseamos, sino que aparece ante nuestros ojos sin darnos cuenta. Suena bonito, ¿verdad? Lo curioso es que es cierto.
¿Cómo encontramos esa misión y propósito y lo convertimos en algo real? Nuestro apoyo principal para ello es evaluar cuales son nuestros talentos, puntos fuertes, y habilidades. Saber para qué valemos de forma natural es algo que podemos averiguar a través de diferentes herramientas y análisis personal, a través del cual podemos llegar a descubrir cuales son aquellas 4 o 5 habilidades en las que destacamos por encima de las otras y que nos hacen “buenos por defecto” para una actividad en concreto más que para otras.
Un talento es un concepto
Los principales talentos o habilidades innatas de cada uno no pasan de ser un conjunto de características personales y formas de hacer las cosas que nos hacen buenos en ese aspecto determinado. Pero un talento sin una especificación práctica no deja de ser un concepto o un saber ser en un campo determinado que es aún demasiado genérico para permitirnos producir resultados prácticos de su aplicación en nuestra vida. Quedarnos tan contentos con la selección de nuestros talentos y no encontrar el canal adecuado para expresar los mismos es casi tan inútil como no hacer nada. Descubrir que eres un portento en “comunicación” pero no saber cómo ponerlo en práctica nos deja igual de estancados que no saberlo, y de ahí la necesidad de dar un paso adelante para lograr encontrar el canal adecuado a como somos y que hacemos.
Encontrar los posibles canales
La puesta en práctica de una habilidad puede tomar diferentes formas, y aún cuando todas estén relacionadas con algo en lo que somos buenos, no todas nos resultaran igual de interesantes como para convertirla en el vehículo principal de la expresión de lo que somos. Explorando por ejemplo todos las posibles aplicaciones de un talento como la comunicación podemos encontrar trabajos o actividades tan dispares como:
- Periodista
- Escritor
- Blogger
- Presentador
- Profesor
- Conferenciante
- Psicólogo
- Coach
- …
A pesar de que podamos ser buenos comunicando, no vamos a funcionar igual de bien en todas esas profesiones por igual, ya que de otros muchos factores depende que nos sintamos a gusto o no en ellas. Nuestro carácter incluye otras facetas que decantaran y limitaran nuestra selección a probablemente un máximo de dos o tres opciones de la lista anterior.
Combinando para encontrar tu profesión ideal
Teniendo claro cuáles son nuestras tres o cuatro habilidades principales, lo ideal es subdividir cada una de ellas en 6 o 7 aplicaciones/profesiones prácticas que podamos encontrar. Para cada uno de tus talentos, escoge solo las tres actividades que más te atraen y te gustan, de forma que en total tengas unas 15. Comprueba si alguna se repite o es muy similar, de forma que puedas ver claramente que en esta profesión puedes aplicar dos o más de tus talentos. Ves reduciendo paulatinamente, agrupando aquellas que puedan ser complementarias o parecidas, o ejecutarse en paralelo si es necesario (es decir, quizás puedas ser periodista y blogger a la vez, pero quizás ser profesor y presentador no te sea tan fácil de compaginar).
El objetivo es llegar a encontrar uno o dos canales de expresión principales de todo tu potencial, aquellos que más se adecuan a absolutamente todo lo que sabes y te gusta hacer. Quizás te gusta dar a conocer tus ideas, pero no quieres ni oír hablar de sentarte todo el día delante de un ordenador a escribir un libro, sino que tus dotes de comunicación están orientados a ponerte delante de un público y hacerles reír cada día en un show cómico. Si no consigues sacar en claro tu canal de expresión ideal, nunca te plantearas que realmente que donde más feliz serás será encima de ese escenario, y por muchos libros que pretendas escribir, es probable que acabes dejando todos en el primer capítulo. Quizás por el contrario te gusta tanto escribir que te pasarías horas dándole al teclado, pero no tienes paciencia para hacer llegar tu trabajo al mundo, de forma que ser escritor no te vale como canal de expresión, por lo que un libro puede tardar en verse publicado. En este caso trabajar en un periódico digital o como blogger te haría mucho más feliz.
Encuentra tus puntos fuertes, y luego ponte a trabajar en ellos hasta que definas la mejor forma de expresar todo lo que tu interior puede dar a este planeta. La sociedad te está esperando, ¿vas a privarnos de ti?
Acerca de:
David Topí es escritor, formador y coach. Trabaja en temas de desarrollo personal y orientación laboral, ayudando a las personas a encontrar su “profesión ideal” a partir de sus pasiones, talentos, valores y habilidades en www.evolucionprofesional.com. También escribe asiduamente artículos de evolución personal en su blog www.davidtopi.com
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